22/5/21

NEGRAS TORMENTAS EN GAZA

 En 2014 unos 327 judíos supervivientes del holocausto y sus descendientes condenaban, a través de una misiva publicada en The New York Times, la masacre del pueblo palestino que se estaba produciendo en Gaza a manos del estado de Israel, “Estamos preocupados por la deshumanización racista de los palestinos en la sociedad israelí, que ha alcanzado niveles extremos. En Israel los políticos y líderes de opinión de los medios de comunicación han hecho comentarios públicos a favor del genocidio” advertían acertadamente quienes sintieron en sus propias carnes los estigmas del fascismo, sabiendo reconocer los síntomas inequívocos de una sociedad que se encamina hacia la complicidad de un genocidio.

El estado de Israel sabe muy bien que la deshumanización del pueblo palestino en la inteligencia colectiva de la sociedad israelí es el primer paso hacia la complicidad e indiferencia ante la masacre indiscriminada de los mismos, ya que la deshumanización de un pueblo se traduce, irónicamente, en la pérdida de humanidad por parte de quien lo consiente, de otro modo no se explica cómo las imágenes de diminutos cadáveres de niños palestinos carbonizados por los bombardeos no logran despertar una ola de indignación en la mayoría del pueblo israelí que consiga, a su vez, ponerlo en pie para derrocar tal régimen de terror. El objetivo del estado israelí es claro y evidente, el forjar una sociedad civil sociopática incapaz de sentir empatía alguna, despojándola de toda sensibilidad hacia el dolor del pueblo palestino. Es por ello que hoy podemos afirmar, sin temor a equivocarnos, que la clase política dirigente de Israel replica exitosamente el apartheid incluso dentro de sus fronteras, con décadas levantando muros alrededor de la población árabe israelí, reproduciendo de forma milimétrica los bantustanes sudafricanos. Es entonces, el estado de Israel, doblemente culpable, toda vez que instiga la limpieza étnica del pueblo palestino a la vez que mantiene secuestrada la humanidad de la propia sociedad israelí.

Una vez más, la mayor parte de los medios de comunicación juegan al despiste, intentando justificar lo injustificable, aludiendo a las acciones de Hamás -más simbólicas que efectivas-, que se dedica a jugar su papel en el intrincado tablero geopolítico de Oriente Medio -al igual que la ANP, Irán, Arabia Saudí, etc- y a quien poco importa la realidad del pueblo palestino, una muestra de ello es la brutal represión ejercida en 2019 ante las protestas por la carestía de la vida. Es así que el pueblo palestino es doblemente mártir, atenazado y exprimido hasta los extremos más crueles, desde dentro y fuera de Gaza. Nada justifica el bombardeo, asesinato y tortura de la población civil, así como tampoco hay razones que puedan justificar el ataque a los edificios de agencias de noticias.
El infierno que padece el pueblo palestino no se limita a su desmembramiento, tortura y muerte física. Tras décadas de bloqueos y conflicto son varias las ONG´s que advierten del aumento de enfermedades y problemas mentales entre la población palestina, con el agravante de no contar con los recursos materiales ni humanos para paliarlos, fruto a su vez de esta misma política de bloqueo israelí, que retroalimenta la barbarie y la miseria, al igual que la pescadilla que se muerde la cola. De este modo el estado israelí no solo niega un presente, sino que dinamita la posibilidad de un futuro a un pueblo palestino asfixiado.
Por todo ello es que mostramos nuestro apoyo al pueblo palestino, sintiendo su dolor, a la vez que apelamos a esa parte del pueblo israelí que aún no haya sido desposeído de su humanidad para que se levante en clamor popular con el fin de derrocar a los tiranos que siembran la muerte entre sus hermanos palestinos, consiguiendo alumbrar, así, un futuro libre de muros y bombas, lleno de igualdad y justicia social.

Por una región palestina libre e igualitaria
Por la anarquía

Federación Anarquista Ibérica

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