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Adherido a la FEDERACIÓN ANARQUISTA IBÉRICA FAI (REGIÃO MACARONÉSIA)
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La guerra y el negocio de la muerte
Tras largas semanas de tensión militar, y el inicio de la invasión rusa en la guerra que se desarrolla
en Ucrania desde hace ya varios años, se dio un nuevo paso en un interminable conflicto que, con
toda seguridad, seguirá enquistado. Los que salimos perdiendo en los conflictos bélicos somos la
gente humilde y trabajadora. Tenemos que engrosar los ejércitos, sufrimos los bombardeos,
sufrimos las humillaciones y la miseria, nos vemos forzados a emigrar y enfrentarnos al desarraigo
social, sufrimos el aumento de la pobreza y las enfermedades, y la represión de los Estados si nos
movilizamos en contra de las campañas bélicas.
Miles de militares y mercenarios han perecido en el conflicto, millones de personas han sido
asesinadas o están siendo desplazadas, y cientos de personas han sido detenidas en Rusia por
movilizarse contra la guerra. Los medios de comunicación en España se dedican a lavar la cara a los
neonazis y fascistas del batallón Azov, fortaleciendo la estrategia de la OTAN con el fascismo más
violento y peligroso, obviando las humillaciones, el autoritarismo y la coerción que están
perpetrando también ellos contra la población civil, y fortaleciendo el papel de la extrema derecha,
dándole protagonismo, en detrimento de la población ucrania.
Mientras, los gobiernos aumentan la inversión en la industria de la guerra y de la muerte,
beneficiando a la industria armamentística en detrimento de la inversión en bienestar social. En
España, importantes empresas del sector como Airbus, Indra, Navantia, Santa Bárbara Sistemas,
etc., realizaron ventas directas en 2019 al Ministerio de Defensa y a otros países por un importe de
6654 millones de euros, así como 1664 millones de euros a través de terceras empresas o
subcontratas. España se sitúa como quinto mayor proveedor internacional de armamento del mundo.
El aumento de la inversión militar y la reducción consiguiente de la inversión social llevan a la
incapacidad del Estado de cubrir las necesidades de las personas. Esto trae consigo el recorte
drástico de derechos y libertades, y la agudización del autoritarismo por parte de la maquinaría
coercitiva del Estado (ejército y policía), y el ejercicio de la represión y el miedo.
Contra las guerras, el negocio de la muerte, y los intereses nacionalistas de los poderes económicos
y políticos, los anarquistas abogamos por la desmilitarización, la abolición de los ejércitos y de los
cuerpos represivos. ¡Ni un hombre ni un arma para el Estado!
La precarización y el encarecimiento de la vida después de la pandemia
Dos años han pasado ya desde el inicio de la pandemia del SARS-CoV-2 y su enfermedad, la
COVID-19. La ideología y la lógica que han imperado en la gestión de la crisis han sido las del
neoliberalismo. Se ha llevado a cabo una aceleración del desmantelamiento de la sanidad pública y
de otros servicios esenciales en beneficio de la mercantilización de la sanidad por las empresas
privadas. Estas se han visto beneficiadas, por una parte, gracias al aumento de su clientela debido a
la gestión de la Comunidad de Madrid en materia sanitaria con el cierre de ambulatorios y centros
de especialidades, cierres de camas de hospitales, cierre de servicios de urgencias, aumento de las
listas de esperas, precarización del personal y reducción de los recursos. Y, por otra parte, al
beneficiarse de la pasividad e inacción del gobierno central a la hora de expropiar hospitales para
ponerlos al servicio de las personas más vulnerables.
El resultado de la crisis sanitaria y la guerra ha sido el aumento de la brecha social existente en
detrimento de la clase trabajadora. Ha aumentado la precariedad laboral y el trabajo sumergido, han
aumentado los accidentes laborales, y ha aumentado el precio de los bienes y los servicios básicos.
Sin embargo, a las rentas más altas, la crisis les afecta de un modo muy diferente. Al contrario que
los trabajadores, en estos dos años de pandemia y crisis ha aumentado su patrimonio un 11 %,
haciéndose aún más ricos mientras aumenta la pobreza de la clase trabajadora.
Las redes de solidaridad y apoyo mutuo son las que han servido de colchón a quienes más sufrimos
esta situación. La solidaridad, el apoyo mutuo, la asociación es algo intrínseco al ser humano, tanto
para apoyar a las personas que más lo necesitan, como para defender nuestros intereses como
trabajadores ante el aumento de la brecha social. Solo organizados podremos tener capacidad
política propia, resistir la ofensiva neoliberal que promueven las grandes élites empresariales y los
poderes económicos (gestionado por los poderes políticos), superar el miedo a la represión, los
recortes sociales, los recortes de derechos y libertades, y ver la necesidad de hacer frente al Estado y
a su hegemonía.
Contra la subida de los alimentos y los servicios básicos
Por la autoorganización de los trabajadores y la ruptura de la paz social
Por la anarquía
Grupo Anarquista Tierra
Federación Anarquista Ibérica
Yaugén Zhuráuski *
Depois de todas as deslocações para ações claramente fracassadas e perigosas, a fuga da Bielorrússia, e o que vivi durante os meus 29 anos, não foi assim tão difícil viajar para a Ucrânia devastada pela guerra, embora fosse assustador.
Não estava totalmente claro para onde eu ia, o que me esperava, se me seria permitido passar na fronteira. Não tinha a certeza se chegaria ao meu destino, pois o meu passaporte atraía a atenção nos postos de controlo e havia também um ataque de aviões inimigos.
Mais o medo de que a primeira batalha fosse também a minha última. Mas o maior medo era desiludir os meus camaradas de armas.
Apesar de todos os meus receios, tinha um forte desejo de estar no centro dos acontecimentos e de participar na luta contra o próprio sistema ditatorial que, no Outono de 2020, me expulsou da minha casa, aprisionou mais de mil pessoas, incluindo os meus amigos e conhecidos, e transformou a minha cidade natal na base a partir da qual os bastardos de Putin bombardeavam Kiev e outras cidades.
Estou convencido de que os acontecimentos que hoje ocorrem na Ucrânia estão a decidir o destino não só da própria Ucrânia, mas de toda a Europa.
A democracia europeia é horrível, mas o que é muito mais horrível é o que o chamado “mundo russo” está a trazer do Leste. Os resquícios de liberdades e direitos que a classe trabalhadora conseguiu na Europa, depois de uma longa luta, serão completamente destruídos pela distopia russa, transformando tudo em redor num campo de concentração, como já fizeram na Bielorrússia, na Rússia e, em parte, no Cazaquistão.
Mikhail Bakunin na sua obra “Federalismo, Socialismo e Antiteologia” escreveu o seguinte: “Estamos firmemente convencidos de que a república mais imperfeita é mil vezes melhor do que a monarquia mais esclarecida, pois numa república há momentos em que o povo, embora eternamente explorado, pelo menos não é oprimido, enquanto nas monarquias é constantemente oprimido”.
Assim, a Rússia de hoje é essa monarquia insanamente agressiva.
Leio frequentemente que esta é uma guerra imperialista, embora não seja claro qual é o segundo império – e que não há nada que os anarquistas possam lá fazer.
Que os nazis, que lutam em qualquer exército, estão a lutar pela Ucrânia. Que os soldados de ambos os lados devem virar as suas armas contra os governos, etc., mas ainda não ouvi dizer que isso também acontece do lado das tropas dos “libertadores”.
E existem muitas outras críticas, com algumas das quais posso até concordar, mas o problema é que ficar à margem e assumir uma posição de classe correta significa tornar-se uma testemunha silenciosa dos bombardeamentos de Kiev, Kharkiv, Chernigov e Mariupol. E a minha consciência não me permite simplesmente ficar à margem.
Por isso, estou hoje na Ucrânia, que vai enfrentar todas estas dificuldades e tornar-se finalmente livre da influência de Moscovo, e com ela a Bielorrússia tornar-se-á livre, e esperemos que, depois disso, a própria Rússia se torne finalmente uma verdadeira federação de nações livres.
*anarquista bielorrusso, refugiado na Polónia, agora combatente voluntário na Ucrânia