26/9/14

Malatesta. Pensamiento y acción revolucionarios (libro)

 Nuevo libro añadido en la sección "Libros"

Malatesta. Pensamiento y acción revolucionarios.

Por la Federación Anarquista del Caribe

Kiskeya Libertaria (Dominicana) y Taller Libertario Alfredo López (Cuba)


I.
El Caribe ha sido uno de los escenarios privilegiados donde la llamada modernidad, esa mezcla explosiva de capitalismo y estatismo, ha mostrado sus menos presentables rostros al mundo. Esa barbarie persistente y bien distribuida, entre agentes imperiales españoles, ingleses, franceses, holandeses… ha dado lugar a la vuelta de varios siglos, a un mundo de isleños desligados, atentos a las señales de las viejas y nuevas metrópolis coloniales y castrados, en muchos casos, hasta de la posibilidad de hablar entre nosotros sin los mediadores tutelares.
La segunda mitad del siglo XX trajo al Caribe el furor por la descolonización y los “Estados soberanos”, que en suma, han funcionado como otro peldaño en la incomunicación, atenuada en los últimos años, aparentemente, por las uniones y alianzas entre esos Estados del Caribe. Pero en cualquier caso, es la unión de los gobernantes de turno lo que nos ofrecen como “la unidad de los pueblos”. No es, no ha sido, salvo escasas y hermosas ocasiones, una alianza de fraternidades concretas, de personas unidas en un trabajoso ideal liberador anti-autoritario.
II.
Los compas de Kiskeya Libertaria de la región dominicana y los del Taller Libertario Alfredo López en La Habana, hemos decidido unir empeños para convocar y organizarnos en una Federación Anarquista del Caribe, para mancomunar propósitos aquí y ahora por una sociedad basada en los principios que queremos de autogestión, asociación voluntaria y ayuda mutua, y contraria a todas las relaciones sociales basadas en las jerarquías, el autoritarismo y las discriminaciones como el estatismo, el capitalismo, el clasismo, el sexismo, el racismo, el colonialismo, el urbanismo, el industrialismo, o el academicismo y un sin número más de manifestaciones del poder más o menos institucionalizado.
Frente a este entramado de dominaciones queremos oponer también nuestra respuesta de apoyo mutuo, autogestión y solidaridad con un claro espíritu antiautoritario y libertario. Este proyecto federativo no promoverá de antemano una forma particular de anarquismo, porque no vemos al anarquismo en ninguna de sus corrientes como un dogma, sino como un movimiento de aproximación, de aprendizaje libre y afanoso hacia el mundo que queremos sin opresión, sin explotación, sin autoridades sagradas, ni órdenes paralizantes.

12/9/14

¿Quiénes pusieron la bomba en el Metro?: Los nuevos montajes bacheletistas y las intenciones del poder.


 
El lunes 8 de septiembre, un artefacto explosivo detonó en un local de comida rápida, sobre la estación Escuela Militar del metro de Santiago. Los presuntos implicados habrían descendido de un automóvil, e instalado el artefacto en un basurero, provocando que las esquirlas hirieran a muchas personas. Rápidamente la noticia voló por Internet y los medios masivos oficiales hicieron un virulento festín con la acción, haciendo gala de su ?objetividad?, ?neutralidad? y ?pluralismo democrático?, apuntando a los anarquistas y hablando a destajo de ?acciones terroristas?. Desde el Estado, la presidenta Ba(chan)chellet invocaba la Ley Antiterrorista y su ministro del Interior, Rodrigo Peñailillo, imploraba a los parlamentarios y a la ciudadanía que se ?actualizara? dicha ley con el fin de que no se cometieran errores en las detenciones (como ocurrió con el fra-Caso Bombas). La idea era que la ley fuese implacable, logrando dar con los ?culpables? de la instalación de la bomba.
 
Hasta aquí, los hechos son conocidos por todos, sin embargo nadie se ha detenido un segundo a analizar tal situación, ni su contexto, ni su ?historia?. Todos, tanto políticos como algunos sectores
de ?honrados?, dormidos y alienados ciudadanos han repetido el discurso oficial: ?hay que dar con el paradero de quien sea, ponerlo en TV, invocar la Ley Antiterrorista, sacrificarlo por no respetar ni a dios, ni a la moral, ni la vida humana, ni la vida del basurero ni la del local destruido (?)? Para entender esta situación hay que remontarse al combativo 2011, donde las protestas estudiantiles y un amplio movimiento social ocuparon las calles, hizo frente a la represión y con la violencia enfrentó a la violencia cotidiana del sistema -y de la policía democrática, claro-. ¿Acaso no fue así? La violencia de los encapuchados, al igual que los bombazos tuvieron un objetivo claro: la gran propiedad del capital y del Estado. En muy pocas ocasiones, el ?desborde? violento atacó a la gente común. Y cuando ocurrió, fue recurrente la participación de infiltrados policías que ?solo hacían su trabajo? (ni que fuéramos güeones), con el fin de suplantar las acciones, y dirigir la mirada ?ciudadana? hacia los ataques, más que, a los objetivos del movimiento. En ese combativo 2011, la protesta violenta como los bombazos le dolieron en los bolsillos a los empresarios y al Estado, quienes recurrentemente intentaron mostrarlos como ?ajenos? a las demandas, a los movimientos sociales y a la disidencia al sistema. Quisieron mostrarlos como criminales y delincuentes, no como los honrados empresarios y políticos que nunca se han cagado a nadie (chaaaaaaaaaaa!). En ese entonces, el gobierno -dirigido justamente por un empresario-, recogió los reclamos del empresariado, que estaba muy preocupado porque la muchedumbre le tocaba ?su? propiedad, y saqueaba AFP?s, supermercados, bancos, empresas telefónicas, farmacias y quemaba La Polar, la misma empresa que repactaba sin preguntar a la gente, para seguir lucrando feliz en el paraíso del libre mercado que es $hilito S.A. El sacrilegio que cometieron los encapuchados y quienes instalaron bombas, consistía en atreverse a tocar la propiedad de los ricos, y -por supuesto- en pasarse por el culo sus normas y leyes y, con dignidad, responder a tanta violencia cotidiana ¿o acaso no es violento la micro y el metro llenos? ¿La salud como el pico? ¿La educación de lucro dirigida por el capital? ¿los bajos sueldos? ¿El despido por ?razones de la empresa?? ¿las alzas? ¿La ?política de los acuerdos?, sin la gente? ¿Los periféricos subsidios habitacionales? ¿El hecho que todo tenga que pagarse cuando todos lo producimos nosotrxs mismxs?. Uf, creo que podríamos seguir. Todo eso, significó que algunas y algunos se atrevieran a responderle a quienes nos dominan y mantienen en esta democrática esclavitud moderna.