29/12/20


Publicación de los compañeros de Azores

                                              https://vidanovazores.blogspot.com/ 

21/12/20

Entrevista realizada por Le Monde Libertaire (FA) a la redacción del Tierra y Libertad

 

Salud, compas, y gracias por esta entrevista a distancia en tiempos de Covid, que nos permite quedar en contacto. ¿Qué tal empezar con una breve presentación vuestra y de vuestro grupo Albatros, de Madrid (FAI) y con el recuerdo de aquellas cañas que nos tomamos el 12 de julio del año pasado?

 

¡Estupendo! Empezaremos diciendo que nuestro grupo –Albatros– se formó a mediados de los años noventa con gente que venía de otros grupos de la FAI, de Juventudes Libertarias y otros que por primera vez participaban en un grupo anarquista. Desde el primer momento fuimos un grupo de síntesis, ya que desarrollábamos (y desarrollamos) tareas en diferentes ámbitos. Quizá el principal sea la difusión de las ideas, para lo que utilizamos todos los medios a nuestro alcance: conferencias, artículos de prensa, folletos y hasta hemos realizado un cortometraje sobre Bakunin, que está colgado en la red, y una película documental contra la falsa caridad de la Iglesia (Ouróboros). La lucha antirreligiosa es una de nuestras constantes, pero no la única. No somos un grupo muy grande, cosa que a veces nos limita bastante, pero tenemos un círculo de amistades militantes que, aunque no están en el grupo, suelen ayudar en las tareas.

 

Hoy nos toca presentar Tierra y Libertad, órgano de prensa de la Federación Anarquista Ibérica a los lectores de Le Monde libertaire. Un periódico anarquista tan famoso que inspiró a Ken Loach para su película. ¿A cuándo se remonta?

 

Empezaremos por decir que Tierra y Libertad no es órgano de prensa de la FAI sino una publicación anarquista editada por la FAI. Eso quiere decir que la federación nombra al Comité de Redacción y tiene la última palabra en todo lo referente al periódico, pero no es órgano ni portavoz porque la Federación no tiene una voz “única”. Por esa razón el periódico no tiene artículo Editorial y todas las colaboraciones han de ir firmadas. La Redacción tiene potestad para rechazar aquellos artículos que no le parezcan oportunos; solo si provienen de un grupo federado se dicen las razones al grupo que lo ha remitido, y si no está de acuerdo con las razones expuestas, se remite a todos los grupos federados para que se tome una decisión federal. Bien es verdad que esto no ha sucedido nunca por el momento y que en algunos casos que se han devuelto artículos a redactores no federados, todo se ha desarrollado dentro del mayor compañerismo y nadie se ha sentido ofendido.

Cada cierto tiempo, la Federación cambia el Comité de Redacción, cargo que ningún grupo quiere desempeñar porque limita mucho su actividad al tener que sacar el periódico todos los meses. Hace años (quizá demasiados) en la Federación decidimos que el Comité de Redacción pasara al grupo Albatros, que a su vez delegó en nosotros, Héctor y Alfredo, para que lo realizásemos. Pertenecemos a dos generaciones diferentes (nos llevamos 11 años de edad) con experiencias militantes también diferentes y también profesiones diferentes (estibador y tipógrafo).

El periódico nació nada menos que en 1888 como semanario, fue diario un corto periodo de tiempo a principios del siglo XX para pasar luego de nuevo a semanario, con aparición irregular y clandestina durante la dictadura franquista y reaparecer como semanario en 1976.

Lo que preguntas de Ken Loach desgraciadamente no es cierto. Él tomó el nombre de su película del anhelo no del periódico. En el rodaje participaron de extras algunos compañeros, incluyendo a los que formaban el Consejo de Redacción en esa época. Ni Loach ni su productora sabían de la existencia del periódico. De todas formas, Loach es trotskista y en su película subraya el papel del POUM (partido marxista) más que el de los anarquistas.

 

¿Qué papel ha tenido en la historia y en las diferentes etapas históricas: guerra civil y revolución social, dictadura, post-franquismo?

Desde su fundación, uno de los objetivos del periódico fue la información sobre el movimiento anarquista y, también, servir de referencia organizativa al propio movimiento, a la vez que desplegaba su faceta de formación, todo ello en un país con un altísimo porcentaje de analfabetismo. Tierra y Libertad, al igual que otra prensa y textos libertarios, era leído en voz alta en las reuniones obreras para dar oportunidad de conocer a quienes todavía eran analfabetos. A medida que el movimiento libertario extiende su tarea de cultura entre la clase obrera, y paralelamente se crean otro muchos periódicos libertarios, Tierra y Libertad se va convirtiendo en un órgano de difusión y debate más que en órgano de información, eso sí, comentando las noticias del movimiento. Hecho por grupos anarquistas federados, nunca fue órgano de ninguna federación, que se llamó de diferentes maneras hasta llegar a 1927 en que los grupos españoles se unieron a los portugueses dando lugar a la Federación Anarquista Ibérica, nombre de la organización que perdura hasta nuestro días.

Con el golpe de Estado de 1936, se acelera el proceso revolucionario de la clase obrera, y nuestro periódico está en la calle semanalmente comentando los acontecimientos y ofreciendo una orientación anarquista. Por cuestiones del momento, empieza a ser editado por la FAI en su conjunto (situación que no ha variado hasta ahora). Con la victoria fascista, el periódico sale clandestinamente de forma irregular, publicando también manifiestos, pasquines y carteles en forma de monográficos. En México, compañeros exiliados editan un periódico de idéntica cabecera, pero que no tiene ligazón orgánica con el que se hace en el interior de España ni tampoco con la FAI.

Con la muerte del dictador, llegamos a la Transición política a la democracia y se comienza a publicar (al principio clandestinamente) Tierra y Libertad con periodicidad fija –mensual– y con rotación del Comité de Redacción entre los grupos federados. El periódico sirve como elemento aglutinador de la Federación y también de otros grupos no federados.

 

¿A quién ha publicado y publica el periódico? ¿Quién escribe hoy en TyL? Y ¿cuáles son sus diversas temáticas?

 

Históricamente han sido muchos los que han escrito en el periódico, incluyendo literatos luego famosos como Azorín. Por supuesto, también los anarquistas más conocidos, como Malatesta y Kropotkin. Hoy escriben en el periódico militantes y teóricos de dentro y fuera de España, de dentro y fuera de la FAI. Intentamos publicar artículos de análisis que cubran todos los campo de la lucha social (sindicalismo, feminismo, antimilitarismo…) dándoles un sesgo libertario.

 

Hoy día, ¿cómo estáis organizados, financiados, qué impacto y qué difusión tiene TyL?

 

La organización del periódico es simple: nos llegan los artículos o los pedimos a las personas adecuadas, además de revisar la prensa libertaria en otros idiomas y traducir lo que nos parece oportuno. El periódico se financia a través de su venta, las suscripciones y las aportaciones extraordinarias de lectores y grupos. En cuanto a la difusión, imprimimos solo 1.000 ejemplares, aparte de la versión en la web, que últimamente estamos intentando mejorar. De la versión web salen muchas suscripciones en papel.

 

¿Quiénes son sus lectores, existen puntos de lectura o de venta del periódico o funciona por suscripción? ¿Es posible suscribir desde Francia?

 

El periódico va dirigido al público en general. Aparte de por suscripción, se puede conseguir en los locales del movimiento libertario, incluyendo sedes sindicales. Tenemos suscriptores de todo el mundo, sobre todo de Latinoamérica.

 

Mensual, semanario... u otras modalidades, incluyendo la de un sitio web, ¿os planteáis mejoras a la fórmula actual?

 

En principio no nos planteamos el cambio de periodicidad. Sí quisiéramos que existiesen otras publicaciones específicas, aparte de boletines de grupos y zonas geográficas que ya existen. Pensamos que el movimiento anarquista en España necesita de un semanario (como tienen en Italia con Umanità Nova) que haga propaganda por el comentario de las noticias, de una revista teórica (como vuestra Réfractions), de una revista científica (tenemos Germinal. Revista de Estudios Libertarios), dejando la propaganda por el análisis a Tierra y Libertad (mensual, como vuestro Le Monde libertaire).

 

¿Ha influido la pandemia en TyL, su funcionamiento e incluso sus publicaciones?

 

La verdad es que sí. Ha habido varios meses en que no lo hemos podido publicar. Al principio del confinamiento, la imprenta donde lo imprimimos cerró y, después, cuando volvió a funcionar, no podíamos utilizar el local donde lo empaquetamos y preparamos para el correo; hay que decir que el local no es nuestro sino de otra organización libertaria que nos deja un espacio a cambio de una aportación económica mensual.

 

¿Mantenemos lo de celebrar juntos el próximo 19 de julio, que este verano no pudo ser?

 

¡Claro que sí! Os esperamos…

 

Monica Jornet

Groupe Gaston Couté FA

Diciembre de 2020

17/12/20

 

LA REVOLUCIÓN DE LA VIDA, DE LOS CUERPOS, DE LAS PALABRAS: MUJERES LIBRES

Rita Segato se preguntaba a sí misma sobre qué hacen las personas que tienen inclinación a pensar, cuál puede ser su contribución a la vida, ella misma concluía que eran donadoras de palabras, nombradoras. El nombre es lo que Segato llama imagen, el nombre de una cosa es una imagen.

Esta imagen de donadoras de palabras casa perfectamente con Mujeres Libres, no por casualidad mi último libro lleva por título La revolución de las palabras. Y es que las mujeres que se organizaron en torno a Mujeres Libres (organización nacida en septiembre de 1936) y levantaron un maremoto de palabras a través de la revista del mismo nombre (fundada en mayo de 1936), abandonaron el silencio tomando y donando palabras. Romper una genealogía de mujeres silenciadas, vencer la tradición del silencio, no era nada fácil, ellas renunciaron conscientemente a la victimización y, en un contexto de Guerra Civil, enunciaron a través de las palabras, sus problemas, sus deseos, sus tristezas, sus sueños y sus temores.

Convocando de nuevo a Segato, Mujeres Libres construyó «imágenes de cambio» tanto en el formato de imágenes propiamente dichas, recogidas en la revista, como proporcionando historias inspiradoras que llegan a nosotras en forma de artículos, realizaciones o biografías de mujeres comunes que asumieron responsabilidades impensables para ellas antes de julio de 1936. Esas «imágenes de cambio» nos permiten ver y valorar potencias de cambio y transformación que si no pasarían desapercibidas o serían percibidas como «poca cosa». Y ese es nuestro desafío en la historia: capturar lo descuidado, lo desprevenido, lo pequeño, lo otro, lo insignificante, lo que, en cierta manera, se escurre de la época en que acontece.

Capturar lo otro en la historia supone renunciar a la línea recta de Cronos, desprenderse de la creencia natural de que la historia es una sucesión cronológica de hechos que conducen a la modernidad. Supone entender la historia como contrahistoria, rechazando conscientemente la historia como gran relato para centrarse en la pequeña historia y en la construcción de un relato detallado y significativo sobre la gente común y real. Si renunciamos a entender la historia como una organización lineal de acontecimientos es porque optamos por una organización nodal en la que cada nodo es un punto de intersección, conexión o unión de procesos históricos que interactúan y confluyen en el mismo lugar (las historias locales serán protagonistas en lugar de los grandes relatos). De esta manera percibimos la historia en toda su diversidad y heterogeneidad.

La revolución en femenino

Mujeres Libres participaron en la revolución social iniciada el 19 de julio de 1936, sin embargo se han escurrido del gran relato de la revolución libertaria sobre la que se han producido múltiples investigaciones. ¿Qué se ha resaltado de la revolución libertaria? Aquello que formaba parte del standard de «revolución» de la modernidad, más marxista que anarquista: una revolución modelizada en el sentido de que había un plan que trazaba una línea política (que se intentó concretar en el Congreso de la CNT celebrado en Zaragoza en mayo de 1936 cuando abordaron el «Concepto Confederal del Comunismo Libertario») y las masas eran las encargadas, siguiendo a la CNT (a sus dirigentes especialmente), de ejecutar dicho plan. Como toda revolución tenía que tener su componente épico, su epopeya, su heroísmo, que quedó asegurado por las jornadas de julio de 1936 que derrotaron el golpe de Estado en determinadas zonas del país y dieron inicio a la Guerra Civil.

De esta forma, el foco se ha puesto en aquello que responde a esta concepción lineal de la revolución y de aquellos acontecimientos que reflejaban el plan previamente fijado y que correspondía al modelo de otras revoluciones de la modernidad protagonizadas, mayoritariamente, por el marxismo y el marxismo-leninismo: las transformaciones económicas, políticas y militares. Se trata, además, de un tipo de revolución protagonizada mayoritariamente por los hombres, una «revolución en masculino». La peculiaridad de que estemos hablando de una revolución libertaria introdujo, eso sí, un modelo diferente: más horizontal y antijerárquico, más basado en la autogestión y en la acción directa a través de las milicias, «el pueblo en armas», las colectivizaciones industriales y agrarias y los Comités de Milicias Antifascistas.

La historia nunca se cuenta entera, la «pericia» y la experiencia que otorga la academia prioriza otros temas que hoy tienen más salida en el mercado editorial y en el mercado de la memoria. La «memoria» debería ser, y no es, aquello que el relato histórico normativo nunca ha logrado conquistar. El Movimiento Libertario no entra, por muchos motivos, entre lo que interesa recordar a quienes controlan los fondos y el relato histórico en el que el anarquismo tiene poca cabida. Mucho menos lo tiene un movimiento como el de Mujeres Libres que tanto ha costado que sea reconocido por el propio movimiento anarquista y anarco-sindicalista y que nunca ha merecido la atención del Movimiento Feminista actual. Investigar sobre el feminismo anarquista es tener asegurada una producción de silencio.

La «revolución en femenino» de Mujeres Libres se desarrolló en la lógica de los nodos constituidos de forma simultánea, en ella no hay prioridades en los acontecimientos, no hay modelización, no hay épica ni heroicidad, la revolución es silenciosa, poco aparente, sin espectacularidad. Una revolución que transcurrió como un río subterráneo y que estaba cuestionando la dominación más antigua que padecía la mitad de la humanidad, el patriarcado. Una revolución que no se centraba tanto en la transformación económico-social o política (la que hemos llamado «revolución en masculino» en la que ellas participaron poco, exceptuando las colectivizaciones), sino como mutación cultural que implicaba un cambio vital, una revolución de la vida.

¿Hay dos historias, dos revoluciones en función del género? Comparto con Segato que las mujeres nos hemos autorizado más que los hombres a entretejer el pensamiento con la vida. No soy partidaria del esencialismo pero la historia de los hombres y de las mujeres (y, por tanto, la revolución) son dos historias diferentes aunque entretejidas y constituyendo un mundo único.

Proyecto histórico de «las redes de cordialidad»

Cuando Lucía Sánchez Saornil, Amparo Poch y Gascón y Mercedes Comaposada Guillén vieron en la publicación de una revista el comienzo de un proyecto a largo plazo, querían establecer, en palabras de Lucía Sánchez, «una red de cordialidad a través de las mujeres de toda España». La base para construir una organización sólida era el apoyo entre las mujeres y el reconocimiento de autoridad mutua, de ahí esa fórmula de «red de cordialidad» que hoy denominamos también como sororidad. La revista podía cumplir ese papel de tejer una red de mujeres unidas por la cordialidad, auténtico proyecto político, que priorizaba la vida, la potencia como cualidad de todo lo vivo, confiriéndoles agencia.

La revista era la urdimbre, el punto de partida a partir del cual se podía fabricar esa red de cordialidad que uniría a muchas mujeres vinculadas a la revista de formas diversas y poder construir una estrategia para erosionar, desestructurar, desmontar, desobedecer, errar, desceremonializar. Y mientras, capacitarse a través de la cultura que constituiría la bovina de hilo para tejer la red.

El golpe de Estado, la Revolución social y la Guerra Civil interrumpieron este plan recién comenzado y lo aceleraron todo. Desde la revista se recogieron iniciativas ya en marcha y se impulsó la creación de las primeras agrupaciones de Mujeres Libres y desde la nueva organización, se pasó a vivir y construir la revolución.

¿Cómo fue esta «revolución de la vida, de los cuerpos, de las palabras» que impulsó Mujeres Libres?

Dijo George Orwell en Homenaje a Cataluña, que en la Barcelona revolucionaria se tenía el sentimiento de haber entrado de repente en una era de igualdad y libertad en la que los seres humanos estaban intentando comportarse como tales y no como piezas de la maquinaria capitalista. También Emma Goldman señaló la gran libertad política que vivió en su primera visita a España. Junto con estas personalidades conocidas tenemos muchos testimonios de mujeres que hablaban en parecidos términos, sin embargo, suele ser raro que las impresiones personales, más aun si son de mujeres, sean recogidas en la gran historia, desatendiendo o tergiversando los momentos de espontaneidad revolucionaria.

Resulta llamativo contrastar estas impresiones con la imagen de muerte, represión, asesinatos en la retaguardia, luchas políticas, divisiones internas en el bando republicano que aparecen en la mayoría de los libros que relatan los entresijos de la Guerra Civil. ¿Estamos hablando de otra guerra o de otra revolución? Obviamente no es así, estamos hablando en clave nodal de acontecimientos constituidos de forma simultánea, en la que cada nodo es un punto de intersección, conexión o unión de procesos históricos que interactúan y confluyen en el mismo lugar con características incluso contradictorias. ¿La «revolución en femenino» lograba que la vida superara la muerte? Lo cierto es que las protagonistas de Mujeres Libres vivieron con pasión un tiempo en el que la sociedad se mantuvo unida por el cemento de la solidaridad, sin el peso muerto del poder y la autoridad.

No resulta fácil acercarnos a esa atmósfera compartida de energía mágica, de alegría compartida, a esa sensación de que el mundo vivido hasta entonces se convertía rápidamente en una reliquia histórica, en una larga pesadilla dejada atrás. La promesa de un nuevo comienzo que no tenía más límites que los de la imaginación resultó difícil de olvidar para nuestras protagonistas. Las mujeres, sin apenas principios ideológicos consignados más allá de unas nociones libertarias muy elementales, embarcadas en la aventura de cambiar la vida, experimentaron la humanización de la sociedad que se produjo durante la Revolución social. Un sociedad que vivió un terremoto en la retaguardia, espacio que se feminizó. Un lugar en el que había muchas mujeres protagonizando pequeñas insurgencias que desestabilizaban las normas y jerarquías en el día a día, asumiendo múltiples responsabilidades solas y abriendo caminos de libertad en plena Guerra, mujeres que decidían abandonar el silencio y tomar la palabra, mujeres dispuestas a arrojar sus cadenas animadas por una atmósfera de esperanza sin restricciones tremendamente estimulante. Mujeres cuya vida mutó al desaprender la pasividad de sus vidas y hacerse responsables de sí mismas y de la marcha del mundo.

Aunque no fue la única, Mercedes Comaposada empezó a hilvanar desde muy pronto (se instaló en Barcelona en septiembre de 1936) una red de cordialidad entre las mujeres más capacitadas por su formación académica y las mujeres obreras con menos capacitación. De esta manera se construyó una red solidaria que permitió a las mujeres obreras alfabetizarse, leer, ampliar sus horizontes, cambiar de trabajo, tener iniciativa propia, en definitiva, romper la cadena patriarcal de sumisión secular. Aprendiendo unas de las otras, mujeres con instrucción enseñaron herramientas culturales básicas a quienes no las tenían y estas capacitaron a su vez a otras haciendo crecer redes de apoyo mutuo, de solidaridad, de emancipación, que nunca olvidaron y siempre agradecieron. Para muchas mujeres, como lo reconocía Concha Guillen, militar en Mujeres Libres cambió su existencia, fue «una luz que se encendió».

Pero hubo mucho más, y ahí estuvo la enorme trascendencia subversiva y revolucionaria de sus empeños en la retaguardia. Quisieron organizar de otra manera los «cuidados» que la Revolución no había evitado que siguieran en sus manos, se dedicaron a gestionar la vida y a ser solucionadoras de problemas y preservadoras de la vida en el cotidiano. Se ocuparon de organizar de otra manera las maternidades, de organizar guarderías para sus criaturas y comedores colectivos para poder trabajar y tener los cuidados asegurados, se ocuparon de las personas refugiadas, de capacitar a mujeres analfabetas, y de un sinfín de problemas cotidianos armadas solo con las palabras.

Además, quisieron vivir una vida plena en medio del desbarajuste de la Guerra, de los bombardeos, de la proximidad del frente de batalla, de las personas heridas o muertas que había que cuidar o enterrar. En ese contexto, tomaron y donaron palabras, se autoenunciaron, se otorgaron agencia conscientes del poco tiempo que tenían para hacerlo. Organizaron sus vidas personales y las de las personas a su cargo, vivieron sus emociones, sus pasiones, su sexualidad, ordenaron la crianza, el trabajo y el activismo para que fueran compatibles. Muchas de ellas lo hicieron solas, sin hombres, por primera vez en sus vidas. Esa fue «su revolución de la vida», una transformación de largo recorrido que empezó a cambiar las formas de vida, las relaciones personales, el trabajo, los «cuidados» y un sinfín de aspectos que cuestionaban la dominación patriarcal que padecían. Estas mujeres vislumbraron otros mundos posibles y, pese a la derrota, nunca lo olvidaron.

Nosotras, y los movimientos feministas actuales, como señala Rita Segato, debemos recuperar la memoria de una politicidad en clave femenina cuyos hilos de memoria quedaron intersectados, rasurados, impedidos de continuar su historia al ser derrotada en 1939.

Laura Vicente

UN PENSAMIENTO SOBRE “LA REVOLUCIÓN DE LA VIDA, DE LOS CUERPOS, DE LAS PALABRAS: MUJERES LIBRES

 

 https://federacionanarquistaiberica.wordpress.com/2020/12/16/asturias-programa-del-centenario-de-kropotkin/