El veganismo es un estilo de vida que implica un consumo vigilado de productos y servicios para evitar, ya
sea de manera directa o indirecta, la domesticación, mercantilización, explotación o asesinato de animales.
Al tratarse de un estilo o filosofía de vida la asimilación y vivencia del veganismo es muy personal, habiendo distintas motivaciones que pueden llevar a alguien a estar veganx. Consideramos tres posibles razones para ello: una primera que quizás puede considerarse antropocentrista es la del cuidado de la salud personal; otra, de carácter biocentrista, es por el respeto, cuidado y la protección del medio ambiente. La tercera y última, animalista, se rige por considerar al humano como un animal más que debe respetar a sus iguales y su libertad, siendo quizás ésta última concepción la mas extendida.
Por otro lado, el ideal anarquista rechaza las estructuras verticales, jerárquicas, así como cualquier tipo de autoridad impuesta o electa, por suponer la anulación de la libertad de los individuos. Esto se aplica al rechazo de la propiedad privada y su mercantilización, al estado y sus distintos órganos represivos (justicia, policía, ejército, cárcel…) y representativos (políticos, sindicatos oficiales, gobiernos…) así como al no reconocimiento ni ejercicio de ningún tipo de autoridad, ya sea en una persona o en una institución, pretendiendo una convivencia solidaria, fraternal e igualitaria entre todxs y con el entorno, en el que seamos nosotrxs mismxs quienes tomemos las decisiones, las desarrollemos en consecuencia y asumamos sus responsabilidades.
Se comparten pues principios y valores: La igualdad, la solidaridad, la acción directa, el respeto, la libertad… son palabras que simbolizan las aspiraciones de una misma lucha.
Creemos pues que el veganismo va implícito en el anarquismo, ya que se trata de una práctica vital a partir de la aplicación de unos principios comunes que deben extenderse al máximo de campos posibles de nuestro día a día, incluyendo el de la alimentación y todo tipo de consumo. No tratamos de excluir como anarquistas a quienes se definen como tal y no practican el veganismo, sino que pensamos que el anarquismo y sus principios deben trascender también al resto de animales y al medio ambiente (ambos vistos por el capitalismo como recursos o fuente de ellos), siendo esto lo que consideramos como más congruente o consecuente, aspirando así a una liberación total y no solo humana.
Nuestra percepción pues del anarcoveganismo es que el humano o la humana es un/a animal más que debe tratar de defender y promover el respeto hacia el resto de sus iguales y la naturaleza, así como de denunciar, evitar y responder a su maltrato. Lo logra a través de una actitud igualitaria, solidaria y respetuosa hacia los animales y su libertad, así como de un consumo vigilado de productos o servicios que no implique directa o indirectamente la explotación, domesticación o asesinato de algún animal, recurriendo también a la liberación de aquellos animales expuestos a dicho sufrimiento y privacidad de la libertad y también abogar por el cuidado de los bienes naturales.
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