8/3/14

Falsos mitos del Anarquismo.

La   ideología anarquista ha originado siempre una fuerte controversia  entre  la clase dominante a lo largo de la historia. Los anarquistas han  sido  víctimas de ataques de todo tipo, y no solo de la feroz represión  con la  que se encarceló, asesinó y persiguió a los libertarios, sino que   también se realizaron grandes campañas de desprestigio por parte de  los  Gobiernos, la prensa e incluso otros sectores contestarios. Se les   acusó de violentos y asesinos, llegando a ser nombrados como “bandidos   con carné” refiriéndose a los miembros del sindicato anarcosindicalista   CNT.
En   la actualidad, el anarquismo sigue siendo objeto de erróneas   interpretaciones, asemejándolo al desorden, al caos y a la violencia   debido a las calumnias y ataques que por parte de los medios de   comunicación, como fieles voceros del Capital, emprenden contra los   partidarios de este movimiento.
En   el presente escrito, pretendemos explicar a grandes rasgos en qué   consiste el ideal anarquista que el pueblo trabajador abrazó en muchas   ocasiones a lo largo de la historia, buscando así la consecución de un   mundo más justo y libre, donde ninguna injusticia tuviera cabida,   desmintiendo así algunas de las principales mentiras con las que se   criminaliza a los anarquistas.
Nos   centraremos en dos cuestiones fundamentales, que generalmente, debido a   embustes y patrañas, son entendidas de manera errónea y confusa por el   conjunto de los trabajadores y estudiantes: la violencia y la   organización.
Anarquismo y organización
“Es   absolutamente falso el afirmar que en la organización se pierden la   individualidad y el sentimiento personal. Todo lo contrario, justamente   por el constante contacto con iguales se despliegan recién las mejores   cualidades de la personalidad” Rudolf Rocker
Se   acusa falsamente a los anarquistas de estar en contra de la   organización y de promulgar el caos y el desorden extremo. Nada más   lejos de la realidad. Los anarquistas siempre han defendido la   organización, entendida ésta como la libre asociación entre individuos,   que tras aceptar libremente un pacto federativo, que no es otra cosa  que  un acuerdo de mínimos, actúan autónomamente. Esto recibe el nombre  de  Federalismo, lo cual, tal y como hemos explicado, se basa en la  libre  unión creándose así federaciones, las cuales a su vez, tienen  libertad  de federarse entre sí.
No   existen mayores amantes del orden que los anarquistas, eso sí, un  orden  organizado por y para las propias personas, sin ningún líder ni   autoridad que pretenda dirigir y solucionar los asuntos de los demás.   Esto, lejos de ser una utopía, es el simple desarrollo natural de la   búsqueda de soluciones por parte de las personas a sus problemas en la   vida cotidiana, que comúnmente desde las asambleas horizontales, bajo la   solidaridad y el apoyo mutuo, cooperan entre sí. Esto recibe el nombre de autoorganización.
Anarquismo y Violencia
[La]   revolución tiene que ser necesariamente violenta, aunque la violencia   sea en sí misma un mal. Tiene que ser violenta porque sería una locura   esperar que los privilegiados reconocieran el daño y la injusticia de   sus privilegios, y se decidieran a renunciar de ellos voluntariamente.   Tiene que ser violenta porque la violencia revolucionaria transitoria es   el único medio para poner fin a la mayor y más perpetua violencia que   tiene esclavizados a la gran mayoría de los seres humanos.Errico Malatesta
Los   medios de comunicación atacan vilmente a los anarquistas siempre que   hay episodios de violencia en manifestaciones u otro tipo de actos de   lucha, apodándoles de “violentos antisistema”. Los anarquistas odiamos   la violencia. Aspiramos a un mundo donde topo tipo de violencia quede   eliminada, donde toda coacción quede suprimida.
Ahora   bien, vivimos en un sistema político y económico que ejerce la   violencia contra las personas en el día a día. Violencia es cobrar 600   euros para vivir en un mes con un trabajo precario. Violencia también es   vernos obligados a trabajar para enriquecer a otros, siempre con la   amenaza candente de perder nuestro sustento y el de las personas a   nuestro cargo. Violencia también es vivir en un sistema que controla   todas las facetas de nuestras vidas, ya sea nuestra educación o nuestro   tiempo de ocio, donde en ambos se nos manipula y esclaviza. El sistema   capitalista ejerce la violencia de tal modo que provoca sufrimientos en   la salud de las personas debido a la contaminación o los accidentes   laborales. Se somete a tales presiones y aísla tanto a las personas que   son miles los que sufren por tristeza y el desencanto, arrastrándolas a   veces al suicidio.
Este   sistema, somete a las personas a la privación de la libertad en   cárceles, donde jamás se castiga el delito, sino la pobreza, ¿no es   acaso violencia? El Estado hace la ley y se pertrecha de una serie de   cuerpos represivos destinados a hacer que se cumpla, fortificando así su   dominio para satisfacer los intereses de las clases privilegiadas.
Cuando   intentamos ejercer nuestro derecho de manifestarnos, la policía,   protegiendo el orden establecido nos reprime mediante golpes, torturas y   detenciones.
El   Estado y el Capital, ejercen la violencia en nuestras vidas  cotidianas,  por eso los anarquistas nos defendemos de ella mediante la  autodefensa.  El Estado tiene el monopolio de la violencia, nosotros nos  defendemos  de ella.
Es   vergonzoso e indignante cómo se utiliza la legítima rabia que sentimos   frente a esa violencia, para criminalizarnos y ponernos frente a los   ojos de la sociedad como violentos y a veces incluso como “terroristas”.   Todas las campañas mediáticas de desprestigio van destinadas a evitar   que el conflicto se extienda al resto de la sociedad, porque tienen   miedo de un verdadero cambio de orden y que los trabajadores y   estudiantes tomemos conciencia de nuestra capacidad de lucha.
Esto   es lo que somos, anarquistas. Somos personas corrientes, trabajadores y   estudiantes. Planteamos nuestra alternativa y nuestro análisis desde  la  humildad, sin manipulaciones de ningún tipo, planteando nuestras   principios, tácticas y finalidades en el día a día, procurando vivir lo   más acorde posible dentro de la corrupta sociedad capitalista con los   valores éticos libertarios. Nuestros medios actúan en concordancia con   nuestros fines, intentamos hacer de nuestras aspiraciones una realidad   en nuestra vida cotidiana y en nuestra forma de lucha.

Por   más que se nos persiga, señale y difame no abandonaremos el camino de   la lucha ni nuestro ideario y no cesaremos en el empeño hasta la   instauración de un régimen de libertad donde no tenga cabida ningún tipo   de explotación ni dominación. Llevamos un mundo nuevo en nuestros   corazones.



http://puntodeapoyomutuo.wordpress.com/2014/03/05/falsos-mitos-del-anarquismo/