25/3/14

Muere Suárez, el franquista que bloqueó el resurgir del anarquismo.



descarga (7)Ha muerto Adolfo Suárez, el hombre que hizo posible que el franquismo se transformara en “democracia” manteniendo intactos los pilares del régimen del 18 de julio. Para los anarquistas Suárez fue el máximo responsable del bloqueo del resurgir del anarquismo y sólo podía poner puertas al campo de una manera: usando los recursos de las cloacas del Estado policial.
Suárez quería un paso pacífico hacia la integración de España en el capitalismo y necesitaba consenso. Lo consiguió de los de siempre: los socialistas y los comunistas, que traicionaron así a sus compañeros de filas que habían muerto o sufrido la cárcel en su lucha contra el dictador que encumbró a Suárez. Consiguió que la izquierda, hasta entonces republicana, venerase a la monarquía y al rey Borbón impuesto por Franco. Y la CNT y el movimiento libertario, que vivía a finales de los setenta un imparable resurgir, era el principal impedimento a sus objetivos pacificadores.

Con Suárez se aprobaron los Pactos de la Moncloa, que supusieron el fin del sindicalismo de clase y de la acción directa de los trabajadores. La CNT no tragó y entonces se creó el mayor montaje criminal contra la organización anarcosindicalista. Al mando de este sucio trabajo puso en cabeza a otro falangista, Rodolfo Martín Villa. Nacía en España el terrorismo de Estado moderno que amparó Adolfo Suárez con Martín Villa, organizando un montaje policial para criminalizar y ensuciar el buen nombre de la CNT.
La jugada le salió bien porque el imparable ascenso del movimiento libertario español tras la muerte de Franco quedó bloqueado. La campaña orquestada desde las cloacas del poder ordenada por Suárez dio su fruto y el anarquismo quedó herido de muerte. De su escuela de terrorismo de Estado sacaría buenos réditos su sucesor, el socialista Felipe González, bajo el que se aprobaron leyes policiales como la Ley Corcuera (la de la patada en la puerta) y que favoreció la creación de los GAL.
Hoy Adolfo Suárez ha muerto pero el sistema actual es herencia suya. Su buen hacer de la mano del PCE y del PSOE hizo posible que, tras la muerte del dictador, no se produjera la ruptura que necesitaban los españoles con los lazos (atados y bien atados) del franquismo. Para los anarquistas Suárez fue un enemigo poderoso que a punto estuvo de volver a aniquilar al rico y creativo movimiento libertario ibérico. No lo consiguió, aunque retrasó en muchos años nuestra obra revolucionaria.