8/10/09

Carta de una niña de 8 años a un presentador homófobo.


Septiembre 2009.

Me llamo Paula y tengo dos mamás…

Querido señor Javier de Pepe.
El otro día vi a mis mamás llorando delante de la televisión y no sabía si había sucedido algo malo en el mundo, porque ellas me lo cuentan. Mis mamás siempre están felices y haciéndome reír, por eso me da mucha pena verlas llorar. Me pidieron con gestos que me acercara. Mi mama Carol, me cogió en brazos y me abrazó tan fuerte que casi no podía respirar. Mi mamá Julia me dijo que me tranquilizara, que no sucedía nada malo, y que enseguida estarían bien.
No entendía muy bien aquello, pero confié en ellas, como siempre ya al ratito ya estaban mejor haciéndome cosquillas en el sofá. Pero cuando pasó un ratito mas grande, que yo estaba haciendo los deberes con ellas en la mesa grande de la cocina, que tiene mucha luz, mi mama Julia estaba hablando con Tita Marga, la que manda en la asociación de los viernes, a donde vamos a merendar, y juego con Gonzalo, Mer, Alejandra, Alex, que también tienen dos mamás como yo, o dos papás.
Mi mama Julia estaba ahora enfadada, pero no era conmigo, ni con la tía Marga. Era con un señor Javier de Pepe, que creo que es usted, porque ha dicho cosas feas de mi mamá y de otras mamás, cuando no las conoce de nada. Porque usted vive lejos en otra ciudad y nunca ha estado aquí ni sabe cuál es mi cole, ni conoce a mis amigos ni a los de mi mama, ni donde trabajan ni nada. Por eso estaba triste y enfadada.
Mis mamás, son muy buenas conmigo. Estuvieron las dos en un colegio de monjas que era muy grande, y me han enseñado a rezar. Yo no pude ir al mismo cole que ellas, porque la madre directora, les dijo que “no era oportuno”. Yo no sé qué significa “ser oportuno”; yo soy una niña normal, que me gusta ir al cole con mis amigos y me gusta hacer las cuentas y leer, pero a lo mejor ser oportuno es sacar más notas o algo así. Mis mamás, me han dado siempre mucho cariño, juguetes, una camita caliente donde dormir, un montón de cuentos que me leen por las noches, y mucho, mucho amor. Me han enseñado a cuidar de los animalitos. En casa tenemos un perrito que se llama Nicolás, pero le llamamos Nico; y un pájaro de colores, que se llama Carolino, porque lo trajo mi mamá carolina un día que se lo encontró en la calle, con el ala rota. Y ahora, ya puede volar y está siempre en el salón de la tele en un palo.
Mis mamás me dicen siempre que tengo que ser buena con todo el mundo, y decir buenos días por la mañana y buenas noches cuando me voy a dormir, porque todas las personas del mundo, somos hijos de dios. Ese Dios tiene que ser muy grande para tener tanta familia. En mi clase mi mejor amigo es Abdellah, que viene de otro país y habla diferente. Pero es muy bueno y me deja sus colores siempre. Ha venido a casa a merendar por mi cumple.
No quiero que mis mamás lloren más porque usted le dice cosas feas. Mis mamás son las mejores del mundo; me cuidan y me quieren un montón. Y también me dicen cosas cuando hago algo mal, porque soy muy traviesa. Usted dice que mis mamás y yo no somos como las demás familias porque no tengo papá. Pero tengo a mi tito Joaquín, a mi tito Roberto, a mi tito Angel, a mi tito Manuel, que vienen todas las Navidades y además vamos juntos al cine a ver películas de dibujitos.
No entiendo por qué dice usted eso de nosotras, cuando las tres somos muy felices; no como mi amiguita Sara, que vive en el piso de arriba. Ella tiene un papá y una mamá. Su papa viene todos los días muy contento porque lo escuchamos cantar por las escaleras, pero cuando entra en casa, grita mucho y hace ruido con los muebles y rompe cosas, que me lo ha dicho Sara que le da mucho miedo. Mi mamá Julia, cuando escucha ruidos va a buscarla y se viene conmigo a cenar y hacemos la fiesta del pijama. Ella si tiene papa y mamá pero siempre tiene los ojos tristes y no se ríe casi nunca.
Quiero mucho a mis mamás, y son las mejores del mundo, y me gustaría que viniera a nuestra casa a comer arroz con pollo que mis mama Carolina lo hace muy bueno. Y así podría conocerlas mejor y hacerse amigo suyo. Vería que son unas mamás maravillosas y no tendría que inventarse mentiras. Porque mis mamás me han dicho que los niños y las niñas no deben mentir, ¿Por qué usted que es una persona mayor sí puede hacerlo? Muchas gracias señor Javier de Pepe y espero que venga pronto para que conozca a mis mamas. (Lo que no sé si mis mamás desearán conocerle a usted…)
Fdo: Paula (8 años).

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