Nos quieren en silencio, nos quieren quietos/as y acojonados/as. Lo llevan claro. Se han llevado a veintitantos militantes de diferentes colectivos, no sabemos aún de que los acusan ni nos importa mucho, la verdad. Han cargado, apaleado y detenido a más gente entre los que se han acercado a comisaría a preguntar qué pasaba.
Tienen miedo, miedo a perder sus privilegios, a que los/as de abajo tomemos conciencia de como nos están pisando. Y no solo en sentido figurado, hoy hay muchos compañeros/as que sienten en sus carnes las botas del poder. No saben que son ya muchas hostias, muchos días de cárcel, muchos muertos en las cunetas para rendirnos ahora. La lucha de clases se manifiesta de forma más aguda en los periodos de crisis del sistema y ya va siendo hora de que nos demos cuenta de que este sistema no tiene arreglo. No valen formulas viejas y la represión es la más vieja de todas ellas. Vamos a por todo, vamos a por ellos/as, vamos a defender a los que están en sus garras porque son carne de nuestra carne. No es dogma de fe, es una cuestión de razón; somos más y estamos hartos de migajas. A por todo, a sacar a los detenidos/as y a los presos/as de las mazmorras de la ignominia, a luchar a pecho partido contra este estado policial.
Quien siembra miseria recoge rabia.
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