El
 conjunto de reformas coordinadas que endurecen leyes como la de 
seguridad ciudadana, de seguridad privada, del aborto, y del código 
penal, junto a la anunciada nueva ley de servicios mínimos o la ley de 
procedimiento penal, se cierran como un puño frente a los trabajadores y
 la sociedad en general, amenazando con golpearnos con más fuerza que 
nunca.
La
 CNT afirma que no estamos ante una regresión sino que en esta ocasión 
el Estado muestra su verdadera faz y prioridades a la población.
El
 gobierno, su agente ejecutor, lejos de poner en marcha mecanismos para 
afrontar la pobreza, generar empleo, servicios sociales y aumentar los 
derechos civiles, elige la represión como la única vía para mantenerse 
en el poder tratando de ahogar la contestación social a sus políticas de
 explotación y expolio de derechos a través del miedo.
La
 elección de la represión mediante multas tiene además otros objetivos: 
la inmediatez de la sanción, ocultar la violencia policial, judicial y 
carcelaria, que desde luego no dejarán de usar, pero que la hará 
invisible para buena parte de la sociedad. Además, las multas 
gubernativas generan indefensión jurídica al tener menos garantías 
incluso que un procedimiento penal, ya que sólo cabe como defensa al 
recurso administrativo ahora mismo prohibitivo con las nuevas tasas 
judiciales.
Y
 para ello parecen no bastarle las diversas policías, con la nueva ley 
de seguridad privada otorgan nuevas competencias a esta parapolicía para
 interrogar, cachear y detener en espacios públicos además de 
permitirles acceder a ficheros policiales.
Las libertades esenciales están en peligro, la acción sindical y social está amenazada con la tentativa de una ley de servicios mínimos de huelga, la nueva ley de procedimiento penal coarta la libertad de información sobre casos de corrupción que estén judicializados, también está en juego la libertad sexual y reproductiva con la intromisión ideológica de la derecha más rancia y del nacional-catolicismo, además como telón de fondo; el endurecimiento general e inhumano del código penal.
Las libertades esenciales están en peligro, la acción sindical y social está amenazada con la tentativa de una ley de servicios mínimos de huelga, la nueva ley de procedimiento penal coarta la libertad de información sobre casos de corrupción que estén judicializados, también está en juego la libertad sexual y reproductiva con la intromisión ideológica de la derecha más rancia y del nacional-catolicismo, además como telón de fondo; el endurecimiento general e inhumano del código penal.
Para
 ello, el Estado y el capital necesitan más material antidisturbios, 
macrocárceles y aquí, por supuesto, no hay recortes sino aumento del 
gasto, e insistimos, donde no llegue la seguridad “pública”, llegará la 
privada.
El
 gobierno intenta crear una ficticia sensación global de inseguridad en 
la población utilizando los medios de comunicación que controla, 
lanzando globos sonda con el avance del catálogo de sanciones para luego
 aparentar rebajarlo. Con estas leyes no sólo algunos partidos se quitan
 la careta sino que otros intentan ocultarse tras otra, haciendo el 
papel de oposición, pero nosotros recordamos la “Ley Corcuera” del PSOE y
 otras normas represivas que deberían bastar para que nadie sea engañado
 de nuevo y deposite su esperanza en el voto, confiando en una clase 
política corrupta al servicio del capitalismo.
Atacan
 las formas clásicas de resistencia y el apoyo social a las 
organizaciones combativas cultivando el miedo e intentan detener las 
protestas sociales, promoviendo el colaboracionismo ciudadano con el 
orwelliano “concepto integral de seguridad pública”, que de facto supone
 laminar los derechos de manifestación, libre expresión, huelga, 
informacion y libertad sexual.
Una
 parte de estas nuevas leyes están hechas para reprimir expresiones de 
rebeldía recientes como son el movimiento antidesahucios, ciertos 
sectores del 15M, las ocupaciones, acampadas en plazas...
Solo
 a través de la lucha y la solidaridad podremos enfrentar este grave 
ataque a las libertades y derechos de la clase trabajadora. Con esta 
estrategia coordinada de leyes represivas el capital, a través del 
estado, pretende asegurar sus privilegios gestionando su democracia en 
crisis y criminalizando las revueltas que genera la pobreza. La CNT 
estará en la calle oponiéndose a esta agresión social en todas sus 
formas.
Es necesaria un respuesta organizada, colectiva y contundente.
Si el miedo empobrece y la represión amordaza, la lucha es el único camino.
Si el miedo empobrece y la represión amordaza, la lucha es el único camino.