Ante
el debate, muy interesado, abierto sobre la prohibición de las
corridas de toros, cada uno intentando acercar su sardina a las
ascuas, tal vez sería conveniente leer la siguiente carta de
Francisco Ferrer Guardia sobre su adhesión, en febrero de 1905 a un
acto de denuncia de tales “festejos” (reproducida en el periódico
¡Tierra!
de La Habana el 13 de octubre de 1911). Poco más podemos añadir a
lo planteado por este librepensador que pueda sintetizar nuestros
pensamientos al respecto de estas cuestiones.
Grupo
Tierra de Fuego
CONTRA
LAS CORRIDAS DE TOROS Y LA EXPLOTACIÓN HUMANA
Señor
presidente de la Comisión Abolicionista de las Corridas de Toros.
Muy
Sr. mío: En contestación a la circular publicada en la prensa de
esta capital, la Escuela Moderna tiene el gusto de adherirse al mitin
proyectado para el domingo próximo, en contra de las corridas de
toros.
Sin
embargo, en nombre de la entidad que represento, me permito indicar
que esta adhesión es puramente un acto de apoyo contra la bárbara
fiesta, despojado de todo carácter patriótico y regionalista.
No
se trata aquí de poner a Cataluña en frente de Castilla, porque al
reavivar los antagonismos que artificialmente se han creado entre
regiones o naciones, en detrimento de las colectividades y en
beneficio solamente de las clases directivas, se separaría esa
Comisión del objeto para el cual fue nombrada: trabajar por la
abolición de las corridas de toros.
Además
quisiera también indicar una idea que parece encajar en este asunto,
a saber: puesto que la protesta en contra de las corridas de toros ha
nacido de los sentimientos nobles que poseen los iniciadores del
movimiento, ¿no parecerá oportuno a esa Comisión hacer un
llamamiento también para protestar en contra de los sufrimientos que
hacen padecer sus propietarios a las caballerías por exceso de
trabajo y escasez de nutrición?
Y
puestos ya en defensa del bienestar de los animales, ¿por qué no
nos ocuparíamos también de fundar una liga para la protección del
hombre? Bárbaro es martirizar a un toro. Salvaje es ver a hombres
vestidos de colorines bregar con una fiera para ganarse la vida; pero
más bárbaro y salvaje todavía es ver, conocer y apoyar un régimen
de explotación del hombre por el hombre, en el cual se aprecia tan
poco la vida humana que desde el industrial que se perjudica menos
por la muerte de un obrero que por la de una gallina, hasta los
gobiernos que a miles les mandan a las guerras, todos somos indignos
de llamarnos civilizados si no protestamos a la par que contra las
corridas de toros en contra de todo martirio y de toda explotación.
Tiene
el gusto de ofrecerse de usted afectísimo,
F.
Ferrer Guardia
Barcelona,
17 de febrero de 1905.