23/7/14

Reinventemos nuestro ocio.


A veces me reúno con amigxs en lugares, ambientes, conciertos, fiestas, encuentros,... que suelen frecuentar lxs jóvenes (y no tan jóvenes) “alternatvxs”, anticapitalistas, antifascistas,... o como prefiramos llamarlo. Espacios, zonas, o simplemente momentos donde supuestamente lxs jóvenes (insisto, y no tan jóvenes) crean un ambiente lúdico o festivo alternativo a las propuestas por el sistema capitalista y consumista que combatimos. O al menos, esa es la idea. De ahí, entre otras muchas cosas, el hacer nuestro términos como anticapitalistas, antifascistas, anticonsumistas, alternativxs,...



La realidad, desgraciadamente suele ser muy diferente. De alternativxs (alternativxs al sistema imperante, se sobreentiende, y por tanto, también alternativo a sus propuestas de ocio) nada. Ya que lo que se hace en esos espacios o momentos determinados en donde se reúnen, es exactamente lo mismo que se hace en cualquier otro espacio o ambiente donde jóvenes que ni se plantean salir del sistema o buscar una alternativa lúdica a la que incita el capitalismo dominante dedican su tiempo libre. Como en cualquier discoteca, pub, bar... capitalista, como en cualquier botellón, fiesta o reunión de jóvenes “bakalas” de esos que a veces salen en programas televisivos con sus coches tunning, sus polos Lacoste o Armany, y muchas veces saludan a la cámara con un “¡Arriba España!”.
Drogarse, emborracharse hasta perder el control, demuestra que de alternativo nada. Exactamente a lo mismo incita el capitalismo, el sistema, a los jóvenes en cualquier rincón. Eso si, con peinados diferentes.
Por lo tanto, tampoco hay nada del anti-consumismo y anti-capitalismo que decimos defender. Ya que en esas “quedadas de antifascistas-alternativos-anticapitalistas-...”, lugares, ambientes, espacios, momentos,... Todxs, o casi todxs se convierten en unos grandísimos consumidores en potencia. Es más, no se hace otra cosa más que consumir, consumir y consumir. Alcohol, y drogas, hasta que el cuerpo, el bolsillo o el tiempo dice basta. “Curiosamente” igual que en cualquier otro espacio de “jóvenes capitalistas” o sin ningún tipo de conciencia.
El ambiente se vuelve irrespirable (literalmente), independientemente de que sea un lugar al aire libre o cerrado. Da igual que te cambies de lugar donde estés sentado, ya que los porros están encendidos por todos lados y su humo llega a tu cara te pongas donde te pongas. Supongo que solo lxs que no fumamos sabemos lo incómodo y rechazable que es sentir ese olor, ese humo en nuestra cara que nos obligan a fumar.
Mucho alcohol y drogas que se esnifan, chupan, huelen, comen,...terminan de completar el menú. Como en cualquier lugar “no-alternativo”. ¿Alguien que se meta cualquier droga por la nariz se ha parado a pensar lo desagradable que es, por no usar otro término, ver como te metes cualquier tipo de sustancia por la nariz?
Niños que me aseguran tener 15 años (yo les hecho incluso menos), tambaleándose, con dificultad para vocalizar y que no paran de consumir. Otrxs con parches de borrachxs y orgullosxs. ¿Esta es la alternativa que les ofrecemos? ¿Esta es la educación y la pedagogía de la que hablamos, debatimos y decimos sentirnos orgullosxs? ¿Esta es la sociedad nueva que construimos, el futuro, nuestra propuesta para un mundo nuevo, que nos llenamos la boca para defender?...Reflexionemos sobre el futuro que estamos creando, el que queremos, y la distancia entre ambos.
Desgraciadamente la cosa no acaba ahí. Las similitudes, por no decir directamente la cooperación (inconsciente) con el sistema puede ser aún mas sorprendente. Y eso sucede cuando algunas de las personas que tienes a tu alrededor, supuestxs “rebeldes antifascistas y revolucionarxs” son ellxs directamente lxs traficantes. Son ellxs lxs que están colaborando directamente con el estado, envenenando a sus propixs compañerxs, haciendole el trabajo sucio a quienes nos quieren ver intoxicadxs, sedadxs, inconscientes, zombies, dormidxs, sin capacidad de pensar, perjudicando nuestra salud tanto física como mental, sin capacidad ni tan siquiera de mantener una conversación coherente. Así nos quieren ver, en ese estado, siendo inofensivxs, autodestruyendonxs, convirtiendonxs en zombies,...y son algunxs de lxs autodenominadxs antifascistas lxs que meten la droga, lxs que nos envenenan sin darse cuenta,...Colaboradorxs directxs de la guerra sucia que mantiene el estado contra la juventud rebelde y los barrios obreros. Recuerdo que en mi barrio, los traficantes, personas totalmente apolítica, sin ningún tipo de consciencia, tenían debates morales acerca de a quien no le deberían vender drogas. Debate que nunca he escuchado a estos supuestos “revolucionarios por un mundo nuevo”. Pero, ¿Hace falta tener ningún tipo de consciencia política para ver a quienes les interesa que desperdiciemos nuestro ocio así, que nos cueste pensar y hasta conversar entre nosotrxs, y que seamos nosotrxs mismxs lxs que nos suministremos nuestra dosis de veneno, ahorrándole mucho trabajo al estado?
A veces coincide que hay una manifestación o cualquier otro tipo de acción reivindicativa previa a una de estas fiestas o reuniones. Es frecuente, por no decir siempre, que en las acciones reivindicativas no hay ni el 25% de personas que tan solo minutos después asisten a estas fiestas o encuentros. ¿Dónde estaban todxs esxs jóvenes que dicen tener una consciencia combativa hace unos minutos? Algo estamos haciendo mal. Algo debemos cambiar para conseguir darle la vuelta a estos porcentajes.
El sistema capitalista va ganando. Se han adueñado hasta de nuestro tiempo libre y de la peor manera posible para nosotrxs: Haciéndonos consumidores en potencia y colaboradores, suministrándonos venenos desde las edades mas tempranas, convirtiendo nuestros espacios o momentos “alternativxs” en espacios y momentos ultra-consumistas, y auto-destructivos exactamente iguales que los espacios capitalistas, donde solo cambia la estética. Nos han hecho participes, cómplices directos de ellxs y como tiramos por tierra la vida de jóvenes obrerxs con ciertas inquietudes y algo de consciencia, que podían ser combatimos y una autentica amenaza, en poco menos que zombies. Y hablo en primera persona porque considero que esto no es una critica contra los jóvenes consumidores, ni tan siquiera a los pequeños traficantes que mencionaba anteriormente. No. Esto es una critica constructiva a todxs, incluido a mi mismo, por supuesto. Me siento culpable por todxs las jóvenes que al acercarse a un espacio anticapitalista, o a un grupo de personas antifascistas, no haber sabido prestarle ayuda, herramientas, ideas, consciencia, y solo haberles ofrecido mas capitalismo, mas consumismo, mas ambientes tóxicos para olvidar sus problemas en vez de combatirlos, mas de lo mismo. No haberles sabido mostrar que realmente si hay una alternativa, que existe algo diferente, constructivo, no perjudicial, y donde realmente no entran las armas del sistema ni su guerra sucia contra nosotrxs.
La naturaleza, el arte, la cultura, la formación, la organización, el deporte, la lectura, las películas, los documentales, los talleres, los conciertos reivindicativos, o simplemente las conversaciones entre compañerxs,...todo constructivo, no auto-destructivo, combativo, no sumiso, que nos haga despertar nuestras consciencias, no que nos sede y nos duerma. Mostrar un ocio realmente alternativo, diferente al que nos impone el sistema, y no el mismo pintado con otro color. Construyendo un mundo nuevo, pero realmente nuevo. Convirtiéndonos en una amenaza para el sistema y no siendo sus cómplices. Siendo 100% libres y no dependientes del consumo. ¿Somos realmente ejemplo de la sociedad que queremos?
Dejemos de imitar al capitalismo. Construyamos la alternativa. Ofrezcamos algo diferente. Reiventemos nuestro ocio. Tomemos consciencia.
Xeben
@Xeben_