Fue en 1888 cuando se creó, en Barcelona, el periódico Tierra y Libertad. Comenzó siendo semanario y, con el paso del tiempo, ha cambiado su periodicidad. Durante una corta etapa fue diario, el primer diario del anarquismo español. Editado a veces de forma clandestina, en estos 125 años no ha dejado de difundir el anarquismo.
El número que tienes en tus manos es el 300 de esta última etapa, que empezó hace ahora 36 años. No hemos querido dejar pasar la ocasión de hacer un pequeño balance del periódico durante la época que comienza con el fin de la dictadura franquista y la restauración monárquica.
Durante la dictadura franquista, el anarquismo sufre los efectos de la cruel represión: torturas, cárcel, fusilamientos. No obstante, la militancia sigue luchando y multiplicando su propaganda, sobre todo por medio de panfletos y periódicos, entre los que destaca Tierra y Libertad, que aparece en varios periodos, siempre editado en el interior. Paralelamente, los compañeros del exilio mexicano publican mensualmente, desde 1944, un periódico con idéntica cabecera, confeccionado para hacer propaganda por tierras americana. Se mantendrá hasta la década de los 80.
Los años finales de la dictadura suponen, entre otras cosas, la reorganización del movimiento anarquista. Los diferentes grupos empiezan a establecer relaciones constantes y estructuras más estables. En Madrid, por ejemplo, existe una Federación Anarquista de Barrios formada por grupos territoriales; también existen grupos de afinidad.
Se discute sobre la conveniencia o no de revitalizar la CNT y, tras varios debates, se decide hacerlo, cosa que se realiza en unión con otros grupos más o menos libertarios.
Los grupos específicamente anarquistas, conscientes de que la CNT funciona en el ámbito sindical, y es necesario cubrir otros campos, empiezan a vertebrarse. El 30 de enero de 1977 se celebra en Barcelona la Conferencia para la Reconstrucción de la Federación Anarquista Ibérica (FAI). La policía, gracias a sus confidentes infiltrados, irrumpe en la reunión y detiene a 54 militantes.
En julio, los grupos de Cataluña editan el número cero de la nueva etapa de Tierra y Libertad. En noviembre del año siguiente, su edición será asumida por el conjunto de la Federación. El periódico no tiene precio fijo. En su portada dice: “El periódico que tienes en tus manos no es un objeto de consumo. El precio se lo pones tú mismo”. Por seguridad, se da una dirección de Francia como sede de la redacción y administración.
El movimiento libertario, y especialmente la CNT, crece por doquier. Al multitudinario mitin de marzo de 1977 en San Sebastián de los Reyes (Madrid) le siguen otros, igual de numerosos, por toda la geografía hispana. Quizá el más impresionante fue el de Montjuich (Barcelona) en el verano de ese mismo año. Semanas después se celebran en la misma ciudad las Jornadas Libertarias.
El anarquismo parece imparable. La CNT se niega a firmar los llamados “Pactos de la Moncloa”, un convenio con Estado y patronal para diseñar el nuevo sistema político-económico. De sus desastrosos resultados somos todavía víctimas. Los poderosos empiezan a temer que los libertarios estropeen sus planes y recurren al crimen de Estado: en enero de 1978 estalla un potente explosivo en la barcelonesa sala de fiestas Scala, con el resultado de cuatro trabajadores muertos (tres de ellos, curiosamente, afiliados a la CNT). Se desencadena una campaña mediática contra todo lo que huela a libertario, haciendo responsable de la explosión a un grupo anarquista que, supuestamente, arrojó cócteles Molotov. El provocador que montó este dispositivo desaparece. Son detenidos varios compañeros que pasarán años en prisión. Se ve la larga mano de los servicios secretos del Estado. El conjunto de fuerzas políticas “democráticas” y los medios de comunicación no hacen nada por esclarecer los hechos; al contrario, comienza a imponerse la ley del silencio con respecto a los libertarios.
En marzo de ese mismo año se celebra en la ciudad italiana de Carrara un Congreso Anarquista Internacional. La FAI envía delegados del interior de España y Portugal; a los anteriores congresos habían acudido representantes del exilio, que mantenían la estructura organizativa. Entre otras cosas, se debate sobre el tema de la violencia.
La FAI celebra una Conferencia los días 8, 9 y 10 de diciembre de 1978. En ella se debate sobre la situación social en Portugal y España, se establecen acuerdos sobre vertebración y estructura orgánica, así como sobre formas y tácticas de lucha, descartándose la lucha armada. En cuanto al Tierra y Libertad, se reafirma su carácter de portavoz de toda la Federación. También se habla del tema de los archivos depositados en Ámsterdam, se reitera la adhesión a la IFA y se recomienda que los militantes desarrollen su actividad sindical en la CNT. A esta Conferencia se la ha llamado “de las Actas Verdes” porque se encuadernaron con cartulina de ese color.
El Tierra y Libertad combina los artículos de análisis con los informativos y de denuncia.
En diciembre de 1979, la CNT celebra un Congreso. El anterior fue en 1936. Se produce una escisión: los partidarios de la participación en elecciones sindicales, de tener cargos retribuidos, de que los comités tengan poder de decisión y de recibir subvenciones, se marchan. El problema es que siguen utilizando el nombre de la Confederación. Será un largo pleito, al final resuelto en los tribunales, que obligarán a los escisionistas a cambiar el nombre de su organización.
En septiembre de 1980, se celebra una nueva Conferencia. Ante la inminencia de un golpe de Estado, se rediseña la infraestructura y la estrategia de la Federación.
El golpe de Estado se produce el 23 de febrero de 1981 con un estrepitoso fracaso: ni la burguesía ni el resto de los poderes político-económicos necesitaban una involución. El sistema democrático les servía a las mil maravillas para seguir con su régiman de explotación y privilegios, claro está, con el apoyo tácito de los partidos “de izquierdas” y de los sindicatos “responsables”.
Los años 80 resultan el “banco de pruebas” de lo que va a ser el capitalismo en los años siguientes: corrupción generalizada, sindicatos lacayos del sistema, explotación salvaje, dictadura de los mercados, guerras de baja intensidad… El periódico denuncia todos estos hechos. Se le tacha de exagerado. Hoy se comprueba lo acertado del análisis.
En otoño de 1986 se celebra en París un Congreso Anarquista Internacional. Se debate sobre los problemas del momento: luchas de liberación nacional, política de bloques, militarización. Se esbozan las perspectivas de transformación social y lucha anarquista para el momento.
En ese mismo año se produce un problema interno en la FAI: unos cuantos grupos deciden legalizar la organización sin informar al resto. Cuando se descubre el hecho, en un Pleno se decide no reconocer el proceso de legalización. Los grupos implicados en desacuerdo con el Pleno abandonan la Federación (durante algún tiempo dirán que ellos “son la FAI”).
El periódico, que se editaba en Madrid, pasa a ser responsabilidad del grupo Libertad, de Castellón.
En noviembre de 1987, un Pleno de la FAI matiza la estructura orgánica y la estrategia, que se intenta abrir a todas las estructuras del movimiento libertario. A partir de enero del año siguiente, el periódico se edita en Cataluña. Empieza a tener un precio indicativo: “El precio de coste del periódico es de 30 pesetas. El resto es tu solidaridad”.
El 9 de noviembre de 1989 cae el Muro de Berlín y comienza la descomposición del bloque del Este. Pasan del capitalismo estatal al capitalismo privado. En abril del año siguiente, en la ciudad italiana de Trieste se realiza un encuentro de anarquistas de ambos lados de Europa. En noviembre, el Congreso Anarquista Internacional, reunido en Valencia, analiza la nueva situación mundial y toma un acuerdo sobre la posición de los anarquistas en el movimiento obrero. También se debaten cuestiones de organización y se redacta un nuevo pacto asociativo de la Internacional de Federaciones Anarquistas (vigente en la actualidad). En diciembre, la redacción del periódico se traslada otra vez a Castellón, a cargo del grupo Libertad. Como novedades, se fija un precio (65 pesetas) y aparece la dirección a la que dirigir la correspondencia y giros en España. Posteriormente se inscribirá la cabecera en el ISSN (Registro Internacional de Publicaciones Periódicas). En marzo de 1991 se publica un encarte de cuatro páginas en portugués, Terra e Liberdade, que posteriormente se publicará como periódico de los grupos de habla portuguesa de la FAI.
En octubre de 1993, la FAI, reunida en Conferencia, establece las líneas maestras de lo que será en adelante el periódico: deja de ser “órgano” de la FAI para ser un periódico anarquista, editado por la Federación, pero abierto a todo el espectro libertario. Todos los artículos irán firmados y no existe ya más el editorial. Además, la FAI se dota del pacto asociativo (y declaración de principios) vigente en la actualidad.
En mayo de 1995, la redacción pasa a Barcelona (grupo Apoyo Mutuo) y, en abril de 1997, a La Puebla del Río (Sevilla, grupo Tea). Poco a poco, el periódico ha ido incrementando la calidad, tanto de sus artículos como de su presentación, y aumentando la tirada y el número de suscriptores y distribuidores. También se introduce el color rojo, primero en la cubierta y después en todo el periódico.
En 1997 se reúne en Lyón un nuevo Congreso Internacional. Se analizan los mecanismos de dominación y explotación. Otros congresos se celebrarán en Besançon (2004), Carrara (2008) y la ciudad suiza de Saint-Imier (2012) donde el anarquismo comprobó su buena salud tras 140 años de existencia.
Desde octubre de 2000, la redacción del periódico está bajo la responsabilidad del grupo Albatros, de Madrid. Durante este periodo se han hecho dos innovaciones. La primera es la creación del “Tablón” para informar de las nuevas publicaciones anarquistas, tanto libros como periódicos, y de los actos del movimiento libertario. La otra innovación es convertir los números de agosto en monográficos, tocando temas como el antiteologismo, los congresos anarquistas internacionales, la historia del anarquismo, la pedagogía libertaria…
Han colaborado en la ilustración de portada artistas como Carlos F. Fresneda, Mariella Bernardini y, sobre todo, Capi Vidal, que se ha convertido casi en nuestro “portadista oficial”. Se ha procurado seguir elevando el nivel de los artículos para mantener una publicación anarquista de análisis riguroso.
En septiembre de 2006, la Conferencia de la FAI matiza un acuerdo sobre el patrimonio de la Federación e impulsa el Archivo Histórico de la FAI, del que de momento se encarga el grupo redactor del periódico.
En estos últimos años nos hemos hecho eco de las protestas populares que se están desarrollando por todo el mundo, desde El Cairo a Río de Janeiro, pasando por Madrid o Estambul. Una indignación con muchos rasgos libertarios.
Estamos seguros de que, mientras exista la injusticia, periódicos anarquistas como Tierra y Libertad seguirán propagando la necesidad de una sociedad sin explotación y sin privilegios. Por la anarquía.
Héctor Valdelvira
Alfredo González
Publicado en el número 300 del periódico anarquista Tierra y libertad (julio de 2013)