La Iniciativa legislativa Popular (ILP) llevada al Congreso por el sector taurino para declarar los toros como Bien de Interés Cultural ha sido hoy aprobada después de ser modificada por el Partido Popular, con el apoyo de UPN y las abstenciones del PSOE y UPyD.
El texto aprobado cataloga la tauromaquia como Patrimonio Cultural Inmaterial (PCI), y no como Bien de Interés Cultural (BIC), tal y como proponían los impulsores de la iniciativa. La declaración reconoce la tauromaquia como:
“Un incuestionable Patrimonio Cultural Inmaterial español”.
“Una actividad económica y empresarial de indudable trascendencia”.
“Un sector económico de primera magnitud”.
El objetivo final de esta declaración es garantizar la conservación y promoción de la tauromaquia. Para ello, según el texto, en los próximos meses el Gobierno deberá aprobar un Plan Nacional con medidas de Fomento y Protección de la Tauromaquia, agilizar los trámites para incluir la tauromaquia en la lista de Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad e impulsar normas y actuaciones que fomenten este negocio.
Esta declaración se ha hecho en base a la Convención para la Salvaguarda del Patrimonio Cultural Inmaterial de la UNESCO, que sin embargo advierte que “se tendrá en cuenta únicamente el patrimonio cultural inmaterial que sea compatible con los instrumentos internacionales de derechos humanos existentes y con Ios imperativos de respeto mutuo entre comunidades, grupos e individuos y de desarrollo sostenible”.
La defensa acérrima de la tauromaquia y su declaración como Patrimonio Cultural Inmaterial resulta absolutamente incompatible con el respeto por el rechazo mayoritario de la sociedad hacia esta actividad dañina y ruinosa.
En el texto aprobado, se afirma que la tauromaquia es un sector económico de primera magnitud. Sin embargo, la realidad es otra muy distinta. Según las encuestas que el propio Gobierno elabora, a través del Ministerio de Cultura, el número de festejos taurinos sufre un decrecimiento constante desde hace más de diez años. Entre 2007 y 2012 el descenso acumulado ha sido del 40%.
Esta debacle ha obligado al cierre de muchas ganaderías de toros de lidia, incapaces de continuar con un negocio ruinoso. Las plazas de toros buscan fórmulas inexistentes para conseguir vender entradas y compensar el descenso continuado de abonados. Muchos municipios han tenido que suprimir festejos taurinos por falta de afluencia e incapacidad económica para su mantenimiento.
El Estado no puede posicionarse a favor de una actividad que genera tal grado de rechazo y polémica. España es cuestionada en el exterior por el maltrato a los animales en festejos populares.
Sin embargo, la propuesta del partido de Gobierno osa describir la tauromaquia como una “manifestación artística y cultural”. Nos preguntamos si también considera manifestaciones artísticas dignas de protección espectáculos como el bombero torero, las becerradas o el Toro de la Vega.